¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Vivo siendo quien verdaderamente soy? ¿Me atrevo a ser tal y como Dios me sueña?
La vocación es seguramente una de las preguntas más importantes que nos hacemos en nuestro día a día. Al fin y al cabo, es preguntarse por si estamos viviendo con todo. Por eso poder unirnos como Iglesia para rezar juntos durante un fin de semana entero por las vocaciones ha sido una pasada.
Empezamos el finde con el Who Fest, un evento dirigido a jóvenes y adolescentes, donde pudimos dedicar tiempo a vivir con todo el corazón. Abrimos con un micro abierto, donde fueron pasando jóvenes tocando sus canciones favoritas en directo y después tuvimos un tiempo para escuchar testimonios de personas que buscan vivir su vida con todo el corazón.
Basados en la última encíclica del papa Francisco, la Dilexit Nos, invitamos a Fray Marcos, Christian Gálvez y Teresa Barrera para que nos contaran, desde su experiencia vital, que la vida es vocación. Escuchamos como somos llamados a darlo todo por tener el mejor título del mundo, hijos de Dios. También el poder indestructible del amor, y de cómo vivir así puede acercarte al Amor de Cristo. Por último, tuvimos un momento para reconocer que, aunque la vida se pueda poner oscura, apoyados en Él y rodeados de gente que nos apoya, podremos salir hacia delante. Vivir con todo la vida no es una opción fácil, pero es apasionante.
Este detonante perfecto nos dispuso a ponernos de rodillas ante quien es el dueño de todo lo creado. La vigilia de oración inaugural fue un espacio perfecto para tomar conciencia de que hay que pedir mucho para que se llene nuestro mundo de síes generosos, que decidan vivir para otros sin reservas. Allá donde Dios quiera y de la manera en que uno se sienta más encajado…pero dándolo todo.
Este finde ha sido un exponente perfecto de cómo, cuando nos juntamos, la Iglesia es más auténtica. Durante más de 24h seguidas de oración, el Seminario ha sido un crisol de movimientos, asociaciones, y parroquias que iban pasando y enriqueciendo esta Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Porque cuando la riqueza de la Iglesia se une, se pone de manifiesto que somos uno. Y que eso nos ayuda a ser verdaderamente quienes somos.