Vigilia por la unidad

Nos llamas, Señor, nos llenas de vida,

aquí nuestros corazones laten junto a ti.

Nos colmas de amor y con tu presencia

la noche transformas en aurora, Señor.

Nos haces uno en ti, siempre en ti.

Tú nos llamas ante tu altar

y nos muestras cómo amar de verdad.

Cuando me tropiezo al andar

tú me tiendes la mano y yo vuelvo a caminar.

Nos llamas, Señor…

Toma nuestras vidas Señor,

tu palabra llega al corazón.

Quiero con tus ojos mirar

y creer que morir en ti es resucitar.

Nos llamas, Señor…

Nos haces uno en ti, siempre en ti. Siempre en ti.

Ven, Espíritu, ven.

Y lléname, Señor, con tu preciosa unción (bis)

Purifícame y lávame,

Renuévame, restáurame, Señor,

Con tu poder.

Purifícame y lávame,

Renuévame, restáurame, Señor,

Te quiero conocer

Como Marta, Señor, escuchamos esta noche tu voz. «Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.» (Jn 11, 25-26). Sentimos tu mirada fija, y te escuchamos preguntar, a cada uno: ¿crees esto? Tú, rostro visible del Dios invisible, amigo y maestro, quieres encontrarte con nosotros, quieres consolarnos y darnos vida. Transforma nuestro corazón y permítenos responderte confiadamente, en el silencio de la oración: Sí, lo creo…

«Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí no tendrá sed jamás» (Jn 6, 35). Soy el alimento que nunca perece. Soy el sustento en el camino. Soy la fuerza que necesitas para vivir la propuesta de vida del Padre. Soy el pan partido, que te anima a compartir tu pan con los demás, porque en compartir nos va la vida. ¿Crees esto?

«Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará» (Jn 10, 9). Soy el Hijo de Dios, Dios mismo, y el hijo del hombre, hombre entre los hombres. Soy el hombre en el seno de la Trinidad. Soy la puerta, el puente, el que derriba los muros y permite la reconciliación. Soy el amigo en quien puedes confiar, soy el cumplimiento de las promesas. ¿Crees esto?

“Yo soy el Buen Pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Jn 10, 11). Soy el que vela por ti, el que tiene contados cada uno de tus cabellos. Soy el que hace salir el sol sobre justos e injustos. Soy el que vela, protege, defiende. Soy también el que busca, guía y conduce. Soy el que te invita a cuidar de los otros. ¿Crees esto?

«Yo soy el camino y la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14, 6). Soy más que compañero de camino, soy el camino mismo. Soy la Verdad, la Palabra definitiva de Dios al mundo. Soy la Vida, la plenitud de lo que estás llamado a ser. Quiero que andes en mí, seas fiel a mí, vivas de mí. ¿Crees esto?

«Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15, 5). Yo soy la raíz y la fuente. Soy también el culmen. Todo fue hecho por mí y todo encuentra su plenitud en mí. Permanece en mí, y darás fruto en abundancia. Serás el primer sorprendido de los milagros que haré en ti. ¿Crees esto?

«Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida» (Jn 8, 12). Soy la luz primera, la columna de fuego en el desierto, y la luz de la vida nueva. Soy luz en la comunidad, y quiero que vosotros seais luz en medio del mundo, luz que guíe a todos hacia mí. ¿Crees esto?

¿Quién quiere resucitar a este mundo que se muere?
¿Quién cantará el aleluya de esa nueva luz que viene?
¿Quién cuando mire la tierra y las tragedias observe sentirá en su corazón el dolor de quien se muere?

¿Quién es capaz de salvar a este mundo decadente y mantiene la esperanza de los muchos que la pierden?

El que sufre, mata y muere, desespera y enloquece

Y otros son espectadores, no lo sienten.

¿Quién bajará de la cruz a tanto Cristo sufriente mientras los hombres miramos impasivos e indolentes? ¿Quién grita desde el silencio de un ser que a su Dios retiene porque se hace palabra que sin hablar se la entiende?

¿Quién se torna en aleluya porque traduce la muerte,  como el trigo que se pudre y de uno cientos vienen?

Aleluya cantará quien perdió la esperanza y la tierra sonreirá. ¡Aleluya! (bis)

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.

Kyrie eleison, kyrie eleison.

Padre nuestro que estás en los Cielos, te pedimos que la paz reine en todo el mundo, y te rogamos que no tengamos miedo a difundir tu palabra. Por favor, Dios, mira a este mundo y ten piedad de cada persona, abre nuestros ojos y purifica nuestra visión. Expulsa de nuestros corazones todo lo que puedaamenazar la paz. Que el deseo de paz florezca y reine siempre sobre todos nosotros.

Te pedimos por los que han perdido a sus seres queridos, que les alivies con tu amor eterno y tu gracia, y que concedas la paz perfecta a todos los que nos han dejado. Te pedimos, Señor, por todas las víctimas inocentes de los horrores de la guerra, por su paz y la salvación de sus almas, abre tus brazos y acógelos a todos en el abrazo de tu amor y vida eterna.

Te pedimos por todas las familias afectadas por las guerras, sé su refugio y fortaleza, consuelo y remanso de paz. Por las familias que afrontan desafíos, trae consuelo a sus corazones y llena sus vidas con tu amor. Por las familias desgarradas y rotas a causa de los conflictos, y por los niños que sufren por ello. Te pedimos especialmente por los niños que han perdido a sus padres, y por todos los niños que no pueden acceder a la educación y no pueden vivir su infancia en paz. Te pedimos que puedan vivir en paz, aprendiendo y conociendo el mundo. Te pedimos, Señor, que estos niños puedan ver de nuevo la belleza de este mundo y crecer con amor.

Te pedimos, Señor, por todos nuestros hermanos y hermanas que están sufriendo como consecuencia de la guerra, bendícelos, protégelos y condúcelos a la paz terrenal y eterna con tu providencia, te lo suplicamos. Por favor, protégelos de los horrores de la guerra y dales el valor para sobrevivir cada día.

Te encomendamos a las personas discapacitadas y heridas. Acompáñalos en su vida, acude en ayuda de sus cuidadores y de sus familias, y ayúdanos a velar siempre por ellos. También queremos confiar a los emigrantes que huyen de la guerra, sé su paz y su refugio, que encuentren brazos acogedores dondequiera que vayan.

Rezamos por todos los jóvenes del mundo, para que nos convirtamos en instrumentos de paz a través de sus oraciones y acciones. Por aquellos que se sienten solos, que sienten ansiedad y miedo por el futuro y por lo que será. Por los que no pueden seguir sus sueños o no pueden tener trabajo a causa de la guerra, para que puedan tener esperanza y fe en que las cosas irán mejor, y aferrarse a sus sueños a pesar de las dificultades por las que están pasando, poniendo su confianza en Ti. Concédenos a todos la paz integral, que estemos en paz con la vida, contigo, con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza.

Te pedimos paz interior, que nos permita llevar la paz a nuestras relaciones, a nuestros entornos, y que, desde una conversión personal, se pueda alcanzar la paz en el mundo. Te pedimos por las personas que luchan por su salud mental, las que perdieron la esperanza de vivir en un mundo en paz, que experimenten la paz de Dios y sigan teniendo fe en los planes de Dios. Que recordemos que Dios es el lugar seguro al que podemos acudir en todo momento de nuestra vida para disfrutar de paz interior. Te pedimos por nuestra sanación interior, que lo hagamos con esperanza, fe, paz, amor y oración. Sánanos, y a aquellos que experimentan dificultades con su fe y que están menos cerca de Ti fortalécelos, dales esperanza y guíales.

Querido Padre, protégenos de las obsesiones ideológicas de esta época y danos sabiduría para construir una civilización de la que tu Hijo se sienta satisfecho cuando venga de nuevo a juzgarnos.

Que los políticos dejen a un lado la codicia, el miedo y comiencen a dialogar y negociar, para que la paz descienda sobre los corazones de nuestros líderes, guiando sus decisiones hacia la armonía y el entendimiento.

Te pedimos, Señor, que nos conviertas en causa de paz y de bien, y nos ayude a construir puentes de entendimiento entre las naciones y los pueblos.

Te lo pedimos humildemente, por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Paz en la Tierra, paz en las alturas

que el gozo eterno reine

en nuestro corazón (bis)

Da la paz, hermano, da la paz.

Constrúyela en tu corazón

y con tu gesto afirmarás

que quieres la paz.

Que tu paz, hermano, sea don

es el mejor signo de amor

que tú nos puedes ofrecer.

Abrazo de paz.

Paz en la Tierra…

Con el viento que aletea sobre el agua

El aliento que proclama una nueva creación

Con el agua que sepulta y que levanta

La promesa que abalanza mil caminos a la luz

Con el fuego que devoran mis entrañas

Y que brota de la cruz, uh, uh

Que todos sean uno

Como tú, Padre, en mí

Como yo, Padre, en ti (bis)

Para dar razón al mundo de esperanza

De una vida que proclama la victoria del amor

Para darles, Padre eterno, nuestro sello

Y celebren mi presencia, este, oeste, norte a sur

Consumados los envío a todas partes

Como me enviaste tú, uh, uh

Que todos sean uno

Como tú, Padre, en mí

Como yo, Padre, en ti (x4)

Con el fuego que devora mis entrañas

Y que brota de la cruz, uh, uh

Que todos sean uno

Como tú, Padre, en mí

Como yo, Padre, en ti (x6)