El abuso espiritual y de conciencia funcionan como una tela de araña que atrapan a la víctima. Para evitarlo hay que comprender qué es. La vida está llena de relaciones asimétricas que debería servir para que la persona superior ayude al subordinado, pero existe el mal uso de la autoridad. En la Iglesia también existen estas relaciones.
Cuando hablamos de abuso espiritual es cuando otro usurpa el lugar de Dios en vez de ayudar a la persona a encontrarse con Él. Desfigura la noción de Dios y priva a la víctima de sus propios recursos espirituales.
El abuso de conciencia es el intento de anular la libertad del otro, perdiendo la capacidad de elegir y orientar su propia vida. Dentro de la Iglesia ambos abusos van de la mano.
Por desgracia, el último informe de Repara constata que en 2024 ha habido un incremento de este tipo de abuso dentro de la Iglesia. El dato positivo es que cada vez hay una mayor confianza en los procedimientos eclesiásticos y se denuncian los abusos con más rapidez.
Lo primero es saber que estos tipos de abusos existen. Si conoces a alguien que sufre abusos dentro de la Iglesia, no queremos pasar página, pedid ayuda.