Entornos seguros y cultura del buen trato: nuestra responsabilidad
Comenzamos con algo que todos entendemos: nadie puede crecer con confianza si no se siente seguro. Esto es verdad en la vida, en la familia… y también en la Iglesia.
Por eso, cuando hablamos de “entorno seguro”, no estamos hablando solo de normas o protocolos. Hablamos de un compromiso. Concreto. Humano. Urgente.
🌿 Una cultura del buen trato
La Iglesia no puede ser solo un lugar de para rezar. Tiene que ser un lugar donde el respeto, el cuidado y la dignidad de cada persona —especialmente de los más jóvenes— sean innegociables.
Una cultura del buen trato no se improvisa. Se cultiva. Y se contagia.
Empieza en gestos pequeños: cómo miramos, cómo corregimos, cómo escuchamos. Pero también implica estructuras claras. Porque la buena voluntad no basta: hace falta prevención, acompañamiento… y responsabilidad.
🧭 ¿Qué es un entorno seguro?
Es un espacio donde todos saben que pueden participar sin miedo, sin riesgo de ser juzgados, agredidos o manipulados.
En lo físico: que las actividades estén bien organizadas, con voluntarios formados, con protocolos claros. Sobre los protocolos esta disponibles en jóvenes.madrid/entorno-seguro
En lo digital: que nuestras redes sociales, nuestros grupos de WhatsApp y nuestros correos se usen con respeto, prudencia y profesionalidad.
Y en ambos casos: que sepamos a quién acudir si algo no va bien.
🔎 El canal ético: un lugar para hablar con libertad
Por eso es tan importante el canal ético.
Es un espacio habilitado por la Archidiócesis de Madrid donde cualquier persona —joven, voluntario, sacerdote, madre, catequista— puede comunicar una situación de abuso, una conducta inadecuada o algo que le ha hecho sentir mal.
No es un buzón de sugerencias.
No es para quejas de horarios o logística.
Es un canal confidencial y formal para situaciones graves o delicadas, donde se activa un protocolo de escucha y actuación.
Que exista este canal no significa que desconfiemos de la Iglesia.
Significa que queremos cuidarla de verdad. Con transparencia. Sin barrer debajo de la alfombra.
👣 Responsables que acompañan con conciencia
Y aquí entramos nosotros.
En la próxima peregrinación, todos los responsables debemos tener claro que no solo llevamos un grupo. Acompañamos vidas. Modelamos ambientes. Somos referentes.
No es suficiente con que no pase “nada grave”. Queremos que pase algo bueno. Queremos ser parte de una experiencia donde los jóvenes se sientan escuchados, protegidos y libres.
Y eso requiere estar atentos. Informados. Y comprometidos.
Por eso contamos con protocolos, flujogramas y formaciones. No para complicarnos la vida, sino para garantizar que nadie quede sin protección y que todos sepamos actuar si algo ocurre.
❤️ En resumen…
Crear entornos seguros no es solo tarea del delegado, ni del obispo, ni del equipo de comunicación.
Es responsabilidad compartida.
Y es una manera concreta de vivir el Evangelio: haciendo de la Iglesia un lugar donde cada persona pueda decir “aquí estoy seguro, aquí soy querido, aquí puedo crecer”.
Gracias por formar parte de este compromiso.